viernes, 3 de octubre de 2008

La serpiente




En la primera lámina del Código de Flanel "había una vara y dos serpientes que se devoraban mutuamente". Encarnan la rotación cíclica de la destilación y condensación. "La serpiente alada", explica Pseudo-Eleazar, significa el espíritu universal (...) que se extrae del rocío, y que sirve para la preparación de nuestra sal. La serpiente de abajo representa nuestra materia (...), la verdadera tierra virgen (...), que ese encuentra bajo las raíces vegetales. Es la "turba de los filósofos" que Armand Barbault extraía en las noches de luna nueva. Barbault sigue en muchos puntos las indicaciones de Pseudo-Eleazar.
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Abraham Eleazar, Tratado de química muy antiguo, Leipzig, 1760
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"La serpiente de más arriba (primera imagen) es el espíritu universal que lo anima todo, que lo mata todo y que asume todas las formas de la naturaleza. En suma: es todo y es nada". Por el arte de la separación, de uno se hacen dos, "que tienen en sí el tercero y el cuarto". Es lo más volátil y lo más fijo, un fuego que todo lo quema, que todo lo abre y lo cierra (...) Cuece este fuego hasta que pare y obtendrás lo fijo más fijo que atraviesa todas las cosas, y cuando un gusano haya devorado al otro, saldrá el ser que muestra esta figura (segunda imagen)".
Su nombre es Ouroboros. Ouro quiere decir en lengua copta rey; ob, es la serpiende en hebreo.
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Abraham Eleazar, Donum Dei, Erfurt, 1735



Las dos serpientes, que en esta ilustración tántrica simbolizan la energía cósmica, enrollan sus cuerpos en torno a un lingam (falo) invisible. La manifestación microcósmica de esta energía universal la llaman los hindúes kundalini. El flujo vital de la kundalini asciende a lo largo de la columna vertebral por el delicado canal central llamado susumna, hasta el centro del cerebro. A la izquierda de éste último se halla el canal lunar, ida, y a la derecha, el canal solar, pingala. Los tres canales confluyen en la zona de las cejas.

Bosohli, hacia 1700


"Éstas son las dos serpientes, fijadas al caduceo de Mercurio, de las que recibe su poder y la capacidad de tomar la forma que quiera (...). Cuando se ponen las dos serpientes en la vasija de la tumba mortuoria, se devoran cruelmente la una a la otra (...). Mediante la putrefacción pierden su aspecto natural para adquirir otro más noble. La razon que me mueve a pintarte estas dos simientes (masculina y femenina) en forma de dragón es que su pestilencia es grande, lo mismo que su veneno (...)."

Libro de las figuras jeroglíficas, París, s. XVII

2 comentarios:

matlop dijo...

volver a unir lo que estaba separado
cabeza y cola
de una misma especie viva


el universo!


mat

Sarco Lange dijo...

Te felicito, tu blog es muy interesante, muy bueno el compendio, una buena casa.

SL.