jueves, 10 de enero de 2008

Leonardo da Vinci
  • Del mismo modo que comer en contra de la inclinación es perjudicial para la salud, estudiar sin deseo estropea la memoria, que no retiene nada de lo que toma.
  • La adquisición de cualquier conocimiento siempre es útil para el intelecto, porque podrá desterrar las cosas inútiles y retener las buenas. Pues nada puede apreciarse ni odiarse si no se conoce primero.
  • La desgracia más amarga es cuando la visión va por delante de la obra.

Los conceptos comunes de la mente son los siguientes:

  1. Las cosas que son iguales a la misma cosa son también iguales entre sí.
  2. Si cosas iguales se restan a iguales, los restos son iguales.
  3. Si iguales se restan a iguales, los restos son iguales.
  4. Si iguales se restan a desiguales, los restos son desiguales.
  5. Y si iguales se suman a desiguales, los totales son desiguales.
  6. Si dos cosas son iguales a otra cosa, también serán iguales entre sí.
  7. Si dos cosas ambas una mitad de la misma cosa, también serán iguales entre sí.
  8. Si una cosa se coloca cerca de otra, superponiéndola, y no hay ningún exceso de ellas, serán iguales entre sí.
  9. Cualquier total es superior a la parte.
  • Las palabras que no satisfacen al oído del oyente le cansan o le contrarían, y los síntomas de esto a menudo pueden verse en los frecuentes bostezos de estos oyentes; por lo tanto, quien habla ante hombres cuya buena voluntad desea, al ver tal exceso de fatiga, debe abreviar el discurso o cambiar de tema. Y si observa qué es del agrado de un hombre, sin escucharle hablar, cambie el tema de su discurso y, cuando ahora lo vea concentrado, sin bostezar ni fruncir el ceño, tendrá la certeza de que el tema del que habla le resulta ameno.
  • ¡Oh tiempo, consumidor de todas las cosas! ¡Oh edad envidiosa! Destruyes todas las cosas y lo devoras todo con los implacables dientes de los años, poco a poco en una muerte lenta. Cuando Elena se miró al espejo y vio las marchitas arrugas de la vejez en su rostro, lloró y se preguntó por qué la habían raptado dos veces.
  • Cuanto más piensa uno en aquel que deja pasar el tiempo y no crece en virtud, más se entristece. Ningún hombre que sacrifique el honor por las las ganancias tiene capacidad para la virtud. La fortuna no tiene poder para ayudar a aquel que no se esfuerza.
  • Si alguien desea ver cómo habita el alma en su cuerpo, deberá observar cómo dicho cuerpo usa su habitación cotidiana. Esto es, si carece de orden y es confusa, el alma mantendrá el cuerpo en desorden y confusión.
  • Los hombres se equivocan cuando lamentan el paso del tiempo, acusándolo de ser demasiado rápido, sin percibir que es suficiente cuando pasa; pero la buena memoria con la que nos ha dotado la naturaleza hace que las cosas acaecidas en un pasado lejano nos parezcan presentes.
  • El agua que tocamos en un río es la última de la que ha pasado, y la primera de la que viene. Lo mismo ocurre con el tiempo presente.

La vida, si se vive bien, es larga.

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