miércoles, 21 de mayo de 2008

Elvira Hernández
CIUDAD INTERIOR

No puedo ser otra cosa que la pensativa del Patio de los
Callados, la llorosa del Parque de los Reyes,
la olvidadiza
............................................... ni otra
que la que recoge papeles con sangre
............................................................... ni
aquella que no quiere el balazo solipsista
...................... porque nada desaparecerá
A ratos soy la misma, la Una, la del espejo
que camina con una araña en el ojal......................................................
la sombra
que se pegó al hombre que dobló la esquina
............. y duele su cuello guillotinado

FUENTE NEPTUNO
Te tomo la palabra. ¡Bah! ¡Qué haces aquí! Esto es peor que
cruzar la Avenida Cardenal Caro. O que Escilas y Caribdis en
seco. No se respira el salobre mar sino amoniaco puro. Amén del
monóxido y el hollín por mil. Es el Novus Orbis vomitado:
Ngechén en la Cruz y en la picana. Es la noche bajo el tridente,
dando tumbos por las escalinatas, por la Escala Unica sin un
peso en los bolsillos. Pronto aparecerán tus pescados de acá, la
corte milagrosa para el Mirón del Cerro. Los príncipes del
peñascazo se quedarán en las laderas salivando un pito. Las
reinas de la noche pasarán derecho al fornicatorio. Los caminos
yacen atestados y el cerro se mueve como un pulpo. Los reyes
del sablazo establecen pronto sus capitales. Los vampiros tienen
puestos sus guantes de gasa. El Mohicano encendió su fogata y
yo he lanzado mis cupidos a más no poder. Es mi única
transacción la que se pierde en el aire, un chorro sin destino.
Mojo la cara en tus aguas y no logro quitarme la sarna de
maldito. Nunca tuve proposiciones que hacerle a la vida.

YO TAMBIÉN HE HECHO DE POETA

Con agilidad he trepado la maraña de cuerdas.
He caminado por el vacío como si no tuviera pies.
He pasado largamente suspendida como si dependiera de tus ojos.
En dos lágrimas se ha sostenido la complejidad de mi equilibrio.
Parada sobre mi cabeza fustigué a todas las bestias negras en el redondel.
Tragué saliva vaga un poco de fuego y polvo raro.
Quebré fidelidades zurcí fracasos envenené amores.
Hice ilusionismos y entre mis piernas metí a la Gran Serpiente.
Cortaron mi cuerpo en pequeños pedazos que cayeron al agua.
Reí con sorna alegría frente a mi cara de trapecista lúgubre.
Pero sólo pude hacer este gran arte en funciones nocturnas.


DESCLASIFICACIÓN

Soy una hoja al aire, señor
De esas que vienen escritas por los dos lados
Y desprendida de su árbol mayor
- mi propio viento me descuaja
-Por cierto sin genealogía
Por entera volátil.

Sin traza de caminos planeo sobre nadas
- es un vuelo muy elevado –
Por aquí y por allá sobre el pajar relativo
(los granos extraídos son mil veces más vanos)
No creo que lo note, señor
Mi hoja se está cargando de sangre.

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