En
un día muy helado, un grupo de erizos que se encuentran cerca
sienten simultáneamente la necesidad de juntarse para darse calor y
no morir congelados.
Cuando
se aproximan mucho, sienten el dolor que les causan las púas de los
otros erizos, lo que les impulsa a alejarse de nuevo.
Sin
embargo, como el hecho de alejarse va acompañado de un frío
insoportable, se ven en el dilema de elegir: herirse con la cercanía
de los otros o morir. Por ello, van cambiando la distancia que les
separa hasta que encuentran una óptima, en la que no se hacen
demasiado daño ni mueren de frío.
El "dilema del erizo" es una parábola escrita en 1851 por
Arthur Schopenhauer
en la obra Parerga und Paralipomena.