viernes, 18 de mayo de 2012

Omar Khayyam - Poesía



I

Todo el mundo sabe que jamás he
murmurado la mejor plegaria. Todo
el mundo sabe también que jamás he
intentado disimular mis defectos. Ignoro
si existe una Justicia y una Misericordia...
Sin embargo, tengo confianza, porque
siempre he sido sincero.

VII

Puesto que ignoras lo que te reserva
el mañana, procura ser dichoso hoy.
Toma un jarro de vino, ve a sentarte
al claro de luna, y bebe, pensando
que tal vez mañana la luna te busque
en vano.

XI

¿Nuestro tesoro? El vino. ¿Nuestro
palacio? La taberna. ¿Nuestros fieles
compañeros? La sed y la embriaguez.
Ignoramos la inquietud, porque sabemos
que nuestras almas, nuestros corazones,
nuestras copas y nuestras ropas manchadas
nada tienen que temer del polvo, del agua
ni del fuego.

XII

Más allá de la Tierra, más allá del
Infinito, me esforzaba por ver el Cielo y
el Infierno. Una voz solemne me ha dicho:
"El Cielo y el Infierno están en ti".

XV

Tú sabes que nada puedes contra tu
destino. ¿Por qué habría de causarte
ansiedad la incertidumbre del mañana?
Si eres prudente, aprovecha el momento
actual. ¿El porvenir? ¿Qué puede traerte?

XX

Veloces como el agua del río o el viento
del desierto, nuestros días huyen. Dos
días, no obstante, me son indiferentes:
el que partió ayer y el que llegará mañana.

XXIII

¿Por qué te aflige, Khayyam, haber
cometido tantas faltas? Tu tristeza es
inútil. Después de la muerte solo hay
la Nada o la  Misericordia.

XXVI

El vasto mundo: un grano de polvo en
el espacio. Toda la ciencia de los hombres:
palabras. Los pueblos, los animales y las
flores de los siete climas: sombras. El
resultado de tu perpetua meditación: nada.

XXVII

Admitamos que hayas resuelto el enigma
de la creación. ¿Cuál es tu destino?
Admitamos que hayas podido despojar
de todos sus vestidos a la Verdad. ¿Cuál
es tu destino? Admitamos que hayas vivido
cien años, dichoso, y que vivas otros cien
más. ¿Cuál es tu destino?

XXVIII

Embébete bien esto: un día tu alma caerá
de tu cuerpo, y serás empujado tras el velo
que flota entre el universo y lo incognoscible.
Entretanto, ¡sé dichoso! No sabes de dónde
vienes. No sabea a dónde vas.

XXX

Nadie puede comprender lo qque es misterioso.
Nadie es capaz de ver lo que se oculta bajo
las apariencias. Todas nuestras moradas son
provisionales, salvo la última: ¡La tierra! ¡Bebe
vino! ¡Basta de discursos superfluos!

XXXI

Mi corazón me ha dicho: "¡Quiero saber, quiero
conocer! ¡Instrúyeme, Khayyam, tú que tanto
has trabajado!" He pronunciado la primera letra
del alfabeto, y mi corazón me ha dicho: "Ahora
ya sé. Uno es la primera cifra del número que
no tiene fin".


XXXV

La Rueda gira, indiferente a los cálculos
de los sabios. Renuncia a esforzarte
vanamente en enumerar los astros. Más
vale que medites sobre esta certidumbre:
debes morir, no soñarás más, y los gusanos
de la tumba o los perros vagabundos
devorarán tu cadáver.

XXXVI

Sueño sobre la tierra. Sueño bajo la tierra.
Sobre la tierra y debajo de la tierra, cuerpos
tendidos. La nada por todas partes. Desierto
de la nada. Llegan hombres. Otros se van.

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